30 mar 2012

CONTENEDOR Y CONTENIDO | CONTAINER AND CONTENT

Collective Architectures, Arquitecturas Colectivas: Camiones, Contenedores, Colectivos
Recetas Urbanas
Ediciones VIB[]K, 2010

Hay arquitecturas no convencionales que merecen publicaciones no convencionales. Camiones, Contenedores, Colectivos no es un libro como los que acostumbramos a acumular en nuestras bibliotecas. Es un texto inacabado, que narra una historia en construcción. | There are unconventional architectures that deserve unconventional publications. Camiones, Contenedores, Colectivos is not a book as we are used to collect in our libraries. It is an unfinished text that tells us a story under construction.




Santiago Cirugeda (Sevilla 1971) lleva más de 15 años ejerciendo una arquitectura a la que no estábamos acostumbrados. Una arquitectura que antepone el habitante y sus necesidades a cualquier consideración arquitectónica; una forma de trabajar que se ha desprendido de cualquier idea formal preconcebida; una propuesta que incide en los procesos y no en los objetos. Resulta paradójico que un punto de partida tan natural, cotidiano o social se haya hecho popular por rozar los límites de la legalidad en sus intervenciones.

Arquitecturas Colectivas es, sin duda, producto del empuje incontenible del propio Cirugeda. Su historia se inicia el 15 de febrero de 2007, cuando la Sociedad Municipal de Rehabilitación Urbana de Zaragoza le ofrecía nada menos que 42 contenedores-vivienda que iban a ser desmantelados. En pocos meses los contenedores ya estaban siendo reutilizados en Barcelona, Sevilla o Pontevedra. Recetas Urbanas, la agrupación que dirige Cirugeda, había coordinado a colectivos, asociaciones, cooperativas y asambleas de toda España para promover distintas actividades culturales, artísticas o divulgativas que pudieran aprovecharse de esos contendores. El impulso de Cirugeda se acababa de convertir en toda una red de grupos de ciudadanos con ganas de actuar.

Camiones, Contenedores, Colectivos presenta una primera dosis de los resultados obtenidos en diferentes lugares gracias a esta iniciativa. Se explican las aventuras, las motivaciones, los deseos que en cada caso se han tratado de poner en práctica. Por eso el libro se convierte también en un contenedor en el que se coleccionan propuestas, éxitos o fracasos pero, sobre todo, experiencias compartidas.

Aunque parezcan propuestas lejanas, con frecuencia las arquitecturas surgidas de este activismo se asocian a los planteamientos utópicos que Constant, Yona Friedman o Archigram lanzaron allá por los años 60 del siglo pasado (José María Galán lo recuerda en esta misma publicación). Microutopías o no, lo cierto es que se comparten criterios como el de la participación frente a la autoría individual, la autogestión en el proceso, o incluso la experimentación como herramienta de creación. A buen seguro, el propio Cedric Price se identificaría con este procedimiento.

No hay duda de que Camiones, Contenedores, Colectivos reproduce de manera muy acertada la experiencia de las agrupaciones que configuran Arquitecturas Colectivas. Su original formato, fragmentado y abierto, advierte de lo inconcluso del proyecto y del valor del proceso, también a la hora de narrarlo. Desde luego, merece la pena seguirlo.

David H. Falagán

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Santiago Cirugeda (Sevilla 1971) has been practicing for 15 years an architecture which were not used to. An architecture that prioritizes the inhabitant and their needs before any architectural consideration; a way of working that has broken away from any preconceived formal idea; a proposal that affects the processes rather than objects. Paradoxically, a starting point so natural, everyday and social has made popular by touching the limits of legality in their interventions. 


Collective Architectures is an undoubtedly product by Cirugeda’s own overwhelming thrust. Its history begins on February 15, 2007, when the Urban Rehabilitation Society in Zaragoza offered him 42 containers-housing that were going to be dismantled. In a few months the containers were been reused in Barcelona, Seville or Pontevedra. Recetas Urbanas, the group headed by Cirugeda, had coordinated groups, associations, cooperatives and assemblies all over in Spain to promote different cultural, artistic or educational activities, that could take advantage of these contenders. Cirugeda’s impulse had just become an entire network of citizen groups wanting to act. 


Camiones, Contenedores, Colectivos presents a first dose of the results obtained in different locations through this initiative. It explains the adventures, motivations, desires that in each case have tried to implement. So the book also becomes a container in which proposals are collected, successes and failures but, above all, shared experiences. 


 Although it may seem strange, these emerging activists architectures are often associated with utopian approaches by Constant, Yona Friedman or Archigram launched back in the 60s of last century (José María Galán remembers it in this publication). Micro-utopias or not, the fact is that they share the same criteria about participation rather than individual authorship, self-management in the process, or even experimentation as a creativity tool. Surely, Cedric Price himself would identify with this procedure. 


 No doubt Camiones, Contenedores, Colectivos plays in a very successful way the experience of the groups that make up Collective Architectures. Its original format, fragmented and open, warns about the unfinished project and the value of the process, also when narrating. Of course, it is worth following it.