18 jul 2012

Eivissa, 1971: cuando la utopía fue posible | Eivissa, 1971: when utopia was possible

La utopía es posible. ICSID, Eivissa, 1971 [exposición | exhibition]
Daniel Giralt-Miracle, Teresa Grandas (comisarios | curators)
MACBA [Pl. dels Àngels, 1. Barcelona], 21/06/2012 - 20/01/2013

Del 14 al 16 de octubre de 1971 se celebró en Eivissa el VII Congreso del International Council of Societies of Industrial Design (ICSID), un evento concebido como punto de confluencia entre el diseño y las formas más experimentales del arte y la arquitectura. El congreso se convirtió en un banco de pruebas para estudiar la relación entre dichas prácticas y supuso una nueva forma de entender el diseño.  | From 14 to 16 October 1971 was held in Eivissa the Seventh Congress of  International Council of Societies of Industrial Design (ICSID), an event designed as a point of convergence between design and experimental forms of art and architecture. The conference became a test bed to study the relationship between these practices and provided a new understanding of design.



La exposición rememora el evento y subraya las ideas que podemos extraer del mismo para nuestro tiempo, como la sostenibilidad, la participación, la solidaridad, las nuevas relaciones industria-sociedad y el papel liberador de la experiencia del arte. Este ejercicio de memoria está compuesto por material documental, fotografías y películas procedentes de varios archivos y del fondo del MACBA, así como de ejemplos de historia oral.

Señalética del congreso, 1971. Archivo America Sanchez

Como destaca el cocomisario de la exposición, Daniel Giralt-Miracle, el congreso no puede ser entendido sin tener en cuenta el marco histórico en que se celebró: «En aquellos momentos todo el mundo estaba convencido de que había que cambiar el statu quo de una sociedad que había quedado obsoleta». Y en este proceso de cambio, el diseño tuvo un papel destacado: «Todo lo vinculado a la cultura del diseño era entendido como una militancia que formaba parte del paquete renovador de la sociedad, de todo lo que se tenía que cambiar en la forma y en el fondo de aquella sociedad que buscaba caminos para expandirse y que chocaba con cánones e ideologías arcaicos. Ese espíritu de renovación, esa voluntad de ponerse al día y el deseo de romper fronteras y establecer un diálogo internacional con la cultura del diseño, fue el germen del congreso celebrado en Eivissa en 1971».

Debates del congreso, 1971. Archivo Joan Antoni Blanc

El congreso estuvo organizado por iniciativa de la Agrupació de Disseny Industrial del Foment de les Arts Decoratives (ADI/FAD). Entre los miembros del equipo organizativo se encontraban André Ricard, Joan Antoni Blanc, Enric Tous, Ferran Freixa, Daniel Giralt-Miracle, Francesc Pernas y el Grupo Abierto de Diseño Urquinaona. Uno de sus propósitos fundacionales fue rechazar por principio cualquier programación. Así lo recuerda Giralt-Miracle: «Nuestra propuesta se basaba en el intento de innovar las formas, de “diseñar” o, mejor dicho, rediseñar el concepto congreso».

Uno de los eventos más celebrados fue la Instant City, creada para facilitar el alojamiento de los estudiantes que asistían al congreso. Se convirtió en el elemento más atractivo del encuentro, ya que recogía el espíritu sociológico de la contracultura, innovando con el uso de nuevos materiales como los plásticos hinchables. La Instant City supuso un gran happening que vinculó las habilidades artesanales, la improvisación y el diseño con la construcción.


Instant City, 1971. Col•lecció MACBA. Centre d'Estudis i Documentació. Fons Xavier Miserachs

Carlos Ferrater y Fernando Bendito, por aquel entonces estudiantes de arquitectura, se constituyeron en el Comité Ad Hoc y redactaron con Luis Racionero el Manifiesto de la Instant City. El Manifiesto, difundido internacionalmente, hacía un llamamiento a la participación para construir una ciudad que se basaría en el trabajo como vehículo de comunicación. José Miguel de Prada Poole, profesor en la Universidad de Madrid y especialista en arquitecturas hinchables, proporcionó los conocimientos técnicos para que el proyecto fuera una realidad: una ciudad de plástico, efímera, basada en un sistema simple de figuras geométricas sencillas. Cilindros y esferas que se interconectaban y podían crecer según las necesidades. La técnica constructiva se convertía en un instrumento liberador, al alcance de cualquier persona no experta. La Instant City reivindicaba el trabajo colectivo y artesanal indisociable del ocio como una manera de crear nuevas formas de convivencia basadas en la creatividad.

Otro hito artístico lo protagonizaron Muntadas y Gonzalo Mezza, que crearon el Vacuflex-3, una escultura móvil realizada con un tubo de plástico de uso industrial verde de más de 250 metros de largo. La actuación interactiva consistía en la experiencia del traslado manual del tubo por varias zonas alrededor de la cala. La pieza se convirtió en un objeto lúdico al permitir modelar espontáneamente formas diversas e inscribir palabras sobre la arena y el agua: el arte podía ser un juego.

Vacuflex-3, 1971. Archivo Joan Antoni Blanc

Josep Ponsatí levantó sobre la cala de Sant Miquel una gran escultura móvil hinchable de grandes globos de plástico blanco que alcanzó los 40 metros de altura. Las formas orgánicas eran variables, ya que estaban en constante movimiento.

Hinchable de Josep Ponsatí, 1971. Archivo Raimon Torres

El congreso del ICSID en Eivissa dio voz a las distintas tendencias y generaciones del diseño, que ya se habían evidenciado en la década anterior con la escisión de la escuela Elisava y la creación de Eina, entre una visión que la acercaba a la industria y una concepción más humanística asociada al arte. El ICSID de Eivissa fue una experiencia de socialización, un ejemplo de cómo la energía del trabajo en común, la vitalidad, la reflexión intelectual y el ocio pueden ponerse al servicio de proyectos de diálogo, y de cómo pueden generar propuestas imaginativas que estructuren nuevos modelos de comportamiento. Tal y como dijo Prada Poole al hablar de la Instant City, el ICSID de Eivissa fue la constatación de que «la utopía es posible».

[http://www.macba.cat/es/expo-icsid]