13 jun 2022

Arquitecturas de lo íntimo y lo común

 

Ora et labora. La invención de la intimidad
Marcelo Cox
Puente editores, 2022

Ahora que parece urgente la exploración de nuevos modelos residenciales y la redefinición de los límites entre lo privado y lo comunitario, es interesante recordar algunas raices del concepto de intimidad y su influencia en la concepción de la domesticidad contemporánea. 




El ensayo de Marcelo Cox, publicado en la colección Micro de Puente editores, aborda esta aproximación desde una mirada hacia las prácticas monásticas. Cox recuerda: "Podríamos entender la intimidad como la posibilidad de establecer un ritmo personal para la propia vida". Bajo esta premisa, el autor recorre la historia del monacato para aportar una posible explicación del porqué de la concepción de intimidad que hemos heredado.
"La historia del monacato podría describirse como un péndulo que oscila entre el eremitismo y el cenotibismo, una pugna entre quienes defendían un alojamiento en solitario como condición necesaria para la contemplación versus aquellas corrientes que reconocieron en la comunidad un punto de apoyo necesario".
Empezando el recorrido desde las prácticas eremitas -la pura dedicación aislada a la oración- se muestra el papel del monasterio como regulador de la gestión entre labor y oración, extrapolable a lo que hoy podríamos considerar como las vidas productiva y reproductiva de nuestro hábitat doméstico contemporáneo. Así, desde el monasterio benedictino que maximiza el espacio colectivo y minimiza el individual -propio de la tradición cenobítica- se evoluciona hacia modelos como el monasterio cartujo, donde lo colectivo ha sido reducido a la mínima expresión y cada monje vuelve a habitar su propia celda individual.

La mirada del autor resulta interesante en su aproximación al concepto de intimidad al establecer el paralelismo entre las vidas pública y privada -lo común y lo íntimo- y las esferas de trabajo y oración de las normas conventuales. Sirviéndose de la construcción teórica de Hannah Arendt, se argumenta la importancia de la evolución de las prácticas monásticas como instrumentos de orden social para demostrar lo que Arendt denominaría "la inversión del orden jerárquico entre la vida contemplativa y la vida activa". Eso que hoy llamamos la "esfera social" llegó para constituirse entre lo público y lo privado. Debemos ser conscientes, como advierte Arendt, que también significó el final de la gestión de lo común desde criterios políticos (propios de la esfera pública) para pasar a estar ordenado por criterios económicos (propios de la esfera privada). Será importante recordarlo cuando hablemos de la nueva arquitectura de lo común.

David H. Falagán