24 dic 2025

Contra una transición extractivista

Flotando en litio
Marina Otero Verzier
Caniche, 2025

Las infraestructuras digitales tienen un impacto físico, ecológico y social en el territorio que dista mucho de la imagen bucólica de la nube que han construido las hegemonías tecnológicas. Frente a ese imaginario sociotécnico tan aparentemente inocuo se encuentra la realidad muchas veces invisibilizada de la geoingeniería transformadora de ecosistemas y formas de vida. Este texto lo observa desde un caso que nos es muy próximo.


El litio es hoy un material clave a escala mundial porque sostiene la mayoría de tecnologías móviles y parte de la transición energética hacia aquellos que suponíamos iban a ser sistemas más limpios. Sus propiedades químicas permiten baterías recargables con alta densidad de energía, especialmente para móviles, portátiles y otros dispositivos electrónicos; es esencial en el ámbito de la movilidad, siendo el corazón de las baterías de la mayoría de vehículos eléctricos. Su uso es además fundamental en sistemas de almacenamiento estacionario que permiten guardar la electricidad generada por fuentes renovables, como la solar y la eólica, y utilizarla cuando no se está produciendo. Por eso, su demanda creciente y su concentración geográfica lo han convertido en un recurso económico y geopolítico estratégico.

Desde hace unos años, el noroeste de la península ibérica se ha convertido en un eje clave para la soberanía energética de la UE gracias a varios proyectos de litio considerados estratégicos. En el norte de Portugal destacan la Mina do Barroso (Boticas), proyectada como la mayor mina de litio a cielo abierto de la Unión, y la Mina de Romano (Montalegre), que prevé integrar extracción y procesado de alta tecnología. En Galicia, el proyecto de Doade (Beariz, Ourense) fue seleccionado por Bruselas como uno de los 47 proyectos estratégicos europeos, con obras previstas para 2026 y operación hacia 2030, centrado en la extracción de litio a partir de pegmatitas. Sin embargo, este aparente desarrollo afronta una fuerte oposición política y social por su impacto ambiental.

Marina Otero ofrece en este pequeño texto una observación crítica de esta situación a través de un relato que rastrea el origen histórico de la zona como lugar de ocio y bienestar gracias a la tradición de los balnearios y manantiales litínicos de la zona. Su narración recorre el impacto del litio por sus capacidades sanadoras, a la vez que denuncia el extractivismo que sufre la zona y que se justifica por esa supuesta transición energética que sin embargo no parece alterar los hábitos del capitalismo. Como llevan años anunciando figuras como Helen Hester, Benjamin Bratton, Kim Stanley Robinson... la medida más eficaz de la geoingeniería sería precisamente la abolición del capitalismo. Que el solucionismo tecnológico no eclipse la verdadera magnitud del desastre ecológico.

David H. Falagán